Granitos de arena que caen de ese antiguo reloj, el péndulo que vacila sin dirección en aquel otro en la esquina donde la luz no lo alcanza, el pequeño que se encuentra tirado en la mesa boca arriba casi sin cuerda, agonizando por un poco más de tiempo.
Tan sólo un segundo es lo que te da vida, lo que puede hacer girar esas agujas que marcan el destino de muchos.
Mi tiempo, tan sólo un segundo pensé y miré a mi alrededor, los rincones estaban oscuros, la luz de la noche viva entraba, sentado contemplando el tiempo, pensaba en ese segundo, el cual definió mi destino.


...gebe...

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